El mantenimiento de un suelo sano y vivo es fundamental tanto para un correcto desarrollo vegetativo de la vid como para obtener vinos de calidad. El suelo aporta múltiples recursos a la planta y cada uno de ellos está presente en diferentes proporciones y formas. Dichos recursos afectan de diversa manera al desarrollo de las plantas y a las características organolépticas de los mostos sacados de ellas.
El suelo es la base de todo, pero para conseguir la expresión de un particular Terroir es necesario tener en cuenta, además, otra serie de factores, tanto naturales como humanos.
En ciertos países, con tradición vitivinícola ancestral, el suelo tiene una importancia fundamental para los viticultores, incluso clasifican sus vinos en función de la procedencia. En la actualidad los elaboradores hasta el momento se centran más en las técnicas de elaboración o en la mezcla de variedades. Poner máxima atención al suelo es una tendencia lógica para asegurar una cosecha de calidad. Para ello es clave el uso de productos de máxima calidad y eficacia contrastada, como YaraRega, YaraTera y YaraVita.
¿Qué factores de la tierra afectan a las propiedades organolépticas del vino?
Además de la composición de los suelos según la cantidad de arena, arcilla, limo, etc… presentes, es posible detallar elementos que afectan al resultado final del vino obtenido. Por otra parte, muchos de esos ‘elementos’ pueden verse modificados por la acción del viticultor, como puede ocurrir con las reservas de agua (a través de la fertirrigación) o el uso de productos nutricionales que modifican la composición del suelo.
Todos los estudios están de acuerdo en afirmar que cuanto más sano esté el suelo, más equilibrada estará la vid. Nutrirlo con productos de máxima calidad es una de las claves para lograrlo
De entre los principios agronómicos, debemos poner especial atención a que la disponibilidad de nutrientes a la que se exponen nuestros viñedos depende de una serie de factores; entre los que se incluyen, la concentración de nutrientes y la proporción de los mismos en el suelo; la profundidad de enraizamiento; el suministro de agua y el uso de cultivos de cobertura, acolchados u otras técnicas de cultivo.
El pH del suelo es un factor esencial, aunque las viñas pueden tolerar un rango de pH de entre 4,5 y 8,5. Por eso, en Arvum, contamos con productos específicos como la caliza granulada Calground, de alta solubilidad. El pH del suelo afectará a la disponibilidad de nutrientes para las viñas generando en ellas situaciones de estrés innecesarias.
¿Cómo influye el suelo y la nutrición en el rendimiento y la calidad del vino?
Las viñas crecen en una amplia gama de pH del suelo, pero los valores extremos harán que muchos nutrientes no estén disponibles, limitando así el rendimiento.
La producción optima programada se obtiene teniendo en cuenta diversos aspectos:
• El Nitrógeno es uno de los elementos más importantes para la producción de los cultivos. Promueve un crecimiento fuerte al inicio y el peso de los racimos y de las uvas. Sin embargo, una elevada disponibilidad de nitrógeno en las fases más avanzadas del desarrollo de la viña puede retrasar la maduración e incrementar los riesgos de enfermedades de la uva cerca de la vendimia.
• El Potasio también es necesario en grandes cantidades, con frecuencia a mayores dosis que el nitrógeno en uva de vinificación. El potasio es especialmente importante durante el desarrollo de la uva pero, igual que sucede con el nitrógeno, su disponibilidad debe ser más limitada en la maduración. Los niveles de aplicación deben ajustarse en función de la disponibilidad de potasio del suelo.
• El Calcio, además de ser importante para el rendimiento también es un elemento crítico para una serie de factores relacionados con la resistencia de la piel de la uva, como la tolerancia a las enfermedades y la reducción de la incidencia de la podredumbre de la uva. Bajos niveles de calcio pueden aumentar la caída de los granos de la uva.
• El Magnesio es necesario para el mantenimiento de la fotosíntesis y la síntesis de las proteínas, imprescindibles para obtener rendimientos elevados.
• Entre los micronutrientes, el Boro y el Zinc son los más importantes para el cuajado de la viña y para el rendimiento final y deben estar presentes en mayores cantidades que otros microelementos.
• El Hierro es importante para la producción inicial de hojas que asegure el mejor desarrollo de las bayas y una buena producción y el Manganeso puede desempeñar un papel similar.
Aspectos a tener en cuenta en la calidad de la uva
La calidad de la uva depende de aspectos como, el tamaño de la uva, el azúcar, la acidez total y el pH del vino, entre otros. De esta forma, vemos que un suelo bien equilibrado es clave para obtener una uva de calidad.
En cuanto al tamaño de la uva, el Nitrógeno y en menor medida el Potasio afectan directamente al aumento de tamaño del grano. El tamaño de la baya es importante para la calidad del vino. El Boro también influye sobre el tamaño de la uva.
Fijándose en el azúcar, el exceso de Nitrógeno y de Potasio puede favorecer el crecimiento y reforzar el contenido de azúcar de la uva; el boro nuevamente presenta un efecto positivo sobre el contenido de TSS.
La acidez total, parámetro importante a tener en cuenta, alcanza su nivel máximo en el envero. Después de esta fase, el ácido málico se transforma en azúcares. Por lo tanto, es importante conseguir un equilibrio adecuado entre la concentración de ácidos y la acumulación de azúcar. La nutrición juega de nuevo un papel esencial, el Potasio tiene un marcado efecto sobre la acidez total, contribuyendo a neutralizar los ácidos y controlando la acidez del zumo de la uva. Las viñas con un crecimiento vigoroso debido a un exceso de Nitrógeno tendrán niveles de acidez más altos. El Zinc también puede tener un efecto similar sobre la acidez.
Finalmente, el pH del vino, existe una fuerte relación entre el Potasio y el pH. Demasiado Potasio tiene como resultado unos vinos de pH elevado y de una calidad pobre. A su vez, demasiado Nitrógeno disponible en un momento inadecuado puede generar un crecimiento fuerte de la vegetación aumentando el sombreado e incrementando el pH.
Plan de nutrición sostenible para viñedo
Arvum y Yara han trabajado en un plan de nutrición sostenible que garantice las necesidades de la planta en el momento necesario teniendo en cuenta en balance de nutrientes en el trinomio planta-suelo-clima (las extracciones de nutrientes pasan a tener un papel importante en la nueva legislación aplicable).
En él se contemplan las necesidades de absorción de la planta durante todo su ciclo vegetativo.
A modo de resumen nutricional, podemos decir que:
• Puede aplicarse nitrógeno foliar después de la floración donde sea necesario nitrógeno adicional durante la fase de crecimiento.
• El potasio es importante para el desarrollo del tamaño de la uva y para el rendimiento. Normalmente se necesita en mayores cantidades que el nitrógeno y con frecuencia se aplica en los mismos momentos. La extracción de potasio por la uva también es mayor que la de casi todos los demás elementos.
• En las temporadas de crecimiento secas, así como en los meses de verano, es posible que el potasio no esté fácilmente disponible para las viñas, por lo que las aplicaciones foliares, especialmente alrededor del envero, podrían ser necesarias cuando los niveles de potasio del suelo son bajos.
La Nutrición Equilibrada forma parte del futuro inmediato, y aunque existe un cierto debate en lo relativo a los requerimientos precisos de los nutrientes individualmente, no existe ninguna duda sobre la importancia del equilibrio correcto de todos los macro y micro nutrientes. El potasio y el magnesio son un ejemplo de ello, ya que si existe un desequilibrio entre ellos tanto el rendimiento como la calidad del vino se resentirán.
Determinando las Necesidades de Nutrientes
Los análisis del suelo pueden utilizarse para evaluar el pH, el contenido de materia orgánica y la capacidad de intercambio de catiónico (CIC), información que indica la disponibilidad de nutrientes y las características del suelo en lo relativo a la retención de los elementos nutritivos. Se utilizan para evaluar los niveles de potasio y fósforo del suelo y también proporcionan una indicación de posibles desequilibrios catiónicos, como por ejemplo las relaciones K:Ca:Mg.
Las necesidades de caliza, como Magnical, muy importantes pues representan el inicio del equilibrio del suelo, pueden definirse a partir de los análisis del suelo en suelos de bajo pH.
Sin embargo, cabe resaltar que los análisis del suelo, no son un buen indicador de las necesidades de nitrógeno. El análisis de planta proporciona una evaluación más precisa e inmediata del estado nutricional de las viñas en momentos clave para la planta. Confirmará la existencia de deficiencias ocultas cuando todavía no son visibles los síntomas en la planta y permitirá identificar con precisión el equilibrio entre los elementos necesarios. Para la comprobación del estado nutricional de la viña, algunos países utilizan la hoja completa (método francés), mientras que en otros solo se utiliza el peciolo (método californiano) o solo el limbo (método sudafricano). En MEGALAB de YARA, se recomienda efectuar los análisis en la fase del envero o al final de la floración. Algunos sistemas sugieren el muestreo en ambas fases. Son necesarias al menos 30 muestras de hojas/peciolos próximos al racimo. Ambos análisis son necesarios y complementarios para hacer una nutrición sostenible.
Estrategias de aplicación
Los fertilizantes se aplican normalmente de varias formas diferentes y utilizando diversos métodos en función de las necesidades específicas del cultivo.
Los fertilizantes de aplicación directa al suelo, con el se utilizan dosis de nutrientes más elevadas por la menor eficiencia del abonado y la retención en el suelo; pero extremadamente necesarios de una forma razonada para sentar la base de todo cultivo.
La fertirrigación, proporciona nutrientes mediante el sistema de riego, administra los nutrientes directamente en la zona de actividad radicular, de manera que se obtiene la máxima eficiencia de los mismos. Los sistemas de riego de bajo volumen, como por ejemplo los micro-aspersores, los micro-nebulizadores y los sistemas por goteo, proporcionan una zona limitada de suelo húmedo en la que las raíces pueden prosperar.
La fertirrigación en esta zona asegura una mayor uniformidad de la aplicación para todas las viñas, administrando el fertilizante en el momento adecuado para que la absorción de los nutrientes sea máxima.
De esta forma, la fertirrigación, utilizando dosis bajas ajustadas a las necesidades de cada etapa del crecimiento, puede ayudar a resolver el conflicto aparente entre los altos niveles de nitrógeno y potasio necesarios para el rendimiento y la preferencia de las bodegas por unos niveles bajos de nitrógeno y potasio en la uva y en el mosto.
La aplicación foliar se utiliza para superar una necesidad nutricional inmediata y puntual, no se puede alimentar una planta en base a aplicaciones foliares. Cuando las condiciones del suelo limitan la disponibilidad de nutrientes específicos se recurre a este método de aplicación.
La combinación de todas las formas de aplicación, según necesidades, aporta la solución completa a un viñedo para obtener cosechas rentables y de calidad. El uso de productos eficientes y de contrastada calidad como los ofrecido por Arvum, como distribuidor oficial de Yara, pueden marcar la diferencia entre una buena y una mala cosecha.
Fuente: MAPAMA